El desafío de la literatura, un acercamiento a la condición humana
El desafío del docente contemporáneo yace en su capacidad para transformar el acercamiento didáctico hacia la literatura en la escuela. La literatura nos ofrece formas de vida, imaginarios, emociones, crea mundos y personajes con los cuales nos identificamos y además es una creación del ser humano, por ello está cargada del sentir y vivir de la naturaleza humana. Según esto, la literatura nos ofrece en el campo de la educación innumerables posibilidades de reflexión y crítica frente a los valores, creencias e imaginarios que han forjado a nuestras sociedades.
No es suficiente con sensibilizar a los chicos y enseñarles los elementos formales y técnicos de los distintos géneros literarios, pues la enseñanza de la literatura va más allá de la comprensión estructural o el análisis de ciertas obras. Es imposible discutir una obra literaria en clase sin que se manifiesten los supuestos y prejuicios que hacen parte de todo individuo, sin hacer juicios sobre lo que se está leyendo, sobre el pensamiento del autor, sobre lo que sus personajes representan y sobre el entramado de acontecimientos que tejen la obra. En este caso el docente debe estar preparado para discutir la condición humana que se manifiesta en la obra literaria con sus estudiantes, teniendo en cuenta que estos también poseen sus propias visiones del mundo que los rodea.
El reto del maestro es fomentar un ambiente de discusión, diálogo y mutua escucha en el aula, en donde los estudiantes y el docente tengan la oportunidad de reflexionar y escrudiñar los valores sociales, políticos y filosóficos del mundo al cual hacen parte y que se encuentran inmersos en las obras literarias de cada época. En síntesis, el estudio de la literatura no se puede quedar en desarrollar la sensibilidad de los estudiantes sino también como el estudio del comportamiento humano, de las relaciones interpersonales, de los patrones de vida, de las actitudes frente a ciertos acontecimientos históricos etc.… en fin, la literatura como un elemento transformador de la conciencia social. Para concluir, es vital que los docentes reconozcan la labor que tienen en sus manos y la influencia que pueden ejercer en sus estudiantes a la hora de abordar la literatura en el espacio escolar, una labor que implica aspectos tan sublimes de la naturaleza humana como el vivir, sentir y crear.
La experiencia literaria como construcción de sujeto...
La literatura nos ofrece vivir experiencias que de pronto jamás podríamos vivir en nuestra cotidianidad. La literatura nos puede llevar a mundos imaginarios y conectarnos con otras subjetividades. Leer obras literarias nos permite interpretar múltiples realidades que hacen parte de nuestro mundo y dotar de sentido nuestras vidas. Estas son algunas de las razones por las cuales la institución educativa debe preguntarse y cuestionarse sobre el papel que juega la literatura tanto en la sociedad como en la escuela. Es necesario que la institución teorice menos y permita sentir más a la hora de acercar a los jóvenes al mundo literario. No se trata de poner a un lado los aspectos formales y sensitivos de la literatura, pues es necesario que los estudiantes tengan un amplio conocimiento de las distintas formas literarias, sino de buscar un equilibrio entre lo formal y lo afectivo. Dé nada sirve que un alumno tenga pleno conocimiento de la estructura literaria de una obra sino es afectado por ella.
La literatura nace del ser humano y le pertenece al mundo, de la misma manera los estudiantes hacen parte de ese mundo que a su vez es atravesado por la literatura. Según esto, ¿Cuál sería la labor del docente? El docente debe crear un puente entre la obra literaria y las diversas interpretaciones que surjan de su lectura en clase. Debe propiciar espacios de goce y disfrute, debe desarrollar en sus estudiantes el gusto y el placer de leer, con el propósito de lograr una afectación a partir de los acontecimientos, personajes y subjetividades que hacen parte de toda obra. En el estudio de la literatura, el docente puede descubrir puntos de encuentro y tensiones entre él y sus estudiantes que sirvan como referentes para discutir y reflexionar sobre aspectos de interés general como el amor, la muerte, el poder, la felicidad, el rol de mujer, el rol de hombre etc.
Por otro lado, la escuela debe ampliar su visión de estudiante, como sujeto activo que se construye a si mismo día a día, que posee ideales, miedos, sueños, dudas y se pregunta por el sentido de las cosas y de su mundo. Es el bagaje que teje y constituye a cada ser humano lo que se debe tener en cuenta al entrar en el mundo de la literatura desde la escuela, pues de esta manera el docente le ayudara a sus alumnos a construir a partir de sus vidas y sus experiencias literarias nuevos imaginarios, nuevas formas de entender la realidad del mundo y desde luego a crear nuevas formas de vida.
Para concluir, la experiencia literaria en la escuela debe apuntar a una vivencia estética entre la obra y el lector. Tanto la obra como el lector entran en un juego de interpretaciones, significados, sentidos y emociones, solo así, la didáctica de la literatura en la escuela podrá convertirse en un espacio en constante movimiento, lleno de creatividad y de sentido para el alumno.
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