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¿SON NUESTROS CUERPOS REPRIMIDOS DE UNA EPOCA?

¿SON NUESTROS CUERPOS REPRIMIDOS DE UNA EPOCA?

FORMA DESEADA, DESEAMOS Y SOMOS CUERPOS DESEANTES?

FORMA DESEADA, DESEAMOS Y SOMOS CUERPOS DESEANTES?

lunes, 6 de octubre de 2008

Ana María Velasco. Vivencia Est

“LAS PALABRAS VIAJAN COMO POLEN ESPARCIDO QUE DA FRUTOS”

Acompañar al autor en este impactante viaje ficcional implícito en la novela, me permitió adentrarme en su innovador estilo, distinto principalmente en lo que se refiere a la forma del contenido y a la fuerza de la expresión.

Su original composición que rompe con la tradición gramatical, sumerge en la vivencia de una situación nueva, inesperada e inexplicable. “La ceguera como en un efecto dominó”; dispositivo que desata una serie de actos crudos, llenos de miedo y resignación en unos casos, y de solidaridad y esperanza en otros pocos.
Como consecuencia de aquel suceso llega una total anarquía que pone a prueba la conducta entre los géneros, aparece entonces la desconfianza, el temor, la angustia, la miseria y muchas condiciones infrahumanas de las que ellos mismos son autores.

Vivir esta obra invita a cruzar el umbral para recorrer el sendero misterioso e insospechado de la literatura. En éste caso desde el sentido protagonista “La vista”. La mirada en las palabras que se levantan hacia el cerebro y de allí al interior, al espíritu, a la razón, a la imaginación momentánea de situaciones que intrigan, estremecen y preguntan: ¿En medio de este relato quién eres? ¿Qué harías en esa situación? ¿Cuál es tu actitud frente a lo habitual?

Pertenecemos a la cotidianidad que escribimos a diario, despertamos nuestra sensibilidad que nos mueve a ser lo que somos, a responder por sí mismos. Me recuerda la obra que hago parte de una sociedad anegada de hermanos que necesitan ayuda material y espiritual y que de hecho muchas veces la he dado; mis emociones se articulan y me motivan a actuar con seguridad, con cautela y precaución, porque el amor propio es importante, es el que nos lleva a respetar la fragilidad de nuestra alma, de nuestro cuerpo y no salir perjudicados.

Refiriéndome ahora al título de mi escrito, a los frutos de la literatura, esta obra me hace reflexionar de cómo cada uno de nosotros también es creador del diario trascurrir y sus vivencias; generamos actos que afectan no solo a nosotros sino a los demás. Aunque en ocasiones la necesidad nos presiona y nos somete, siempre aparece un termómetro medidor que nos permite descubrir hasta dónde podemos llegar y cuáles son nuestras reacciones. Afortunadamente existe la razón y la cordura y también el privilegio de tenerlas todavía en esta sociedad inundada de caos y vejaciones.

A medida que se avanza en la lectura de ésta obra, los sentidos se agudizan, los gestos de asombro aparecen, la curiosidad invade, hasta entrar en esta simulación corroída por el afán de sobrevivir a toda costa, como siempre, como ahora, como aquí en la sociedad contemporánea, donde muchos aprovechan el lugar, el momento, la inocencia y la buena voluntad de otros para beneficiarse o simplemente para dejar ver su maldad.

Se ha convertido esta en una gran oportunidad para afirmar el sentido de mi vida, éste día puede ser el último, entonces debo disfrutarlo de manera distinta, con ánimo, con intensidad, sin olvidarme del hermano que espera en silencio mi apoyo incondicional. Dar de lo que se tiene sin dañarse, ni dañar, ser los ojos de los invidentes, no de visión pero sí de tolerancia, de afecto, de valores…Analizar también nuestras malas maneras, infundadas alguna vez por las formas de subjetivación que nos tocaron, que nos hicieron.

Cada obra nos afecta en la medida en que desempolva recuerdos efímeros y fosilizados, que hacen parte de la historia de un pasado latente y se dejan ver en un presente vivo, el mío, el suyo, el de todos.

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