Por Magda Esperanza Rojas Ruiz
magdarojasruiz@hotmail.com
Esta historia me ha impactado. Lo empecé creyendo que sería una novela aburrida pero, a medida de que se consigue acostumbrar al estilo del escritor (no tiene párrafos, los diálogos se sitúan en mayúsculas entre dos comas), se entra en un mundo donde se descubre la crueldad, la codicia y el egoísmo de una sociedad enfermedad física; cegados por la ambición, el egoísmo, la envidia, la cobardía, entre otros incontables sentimientos, que nos alejan de ser personas y nos convierte en animales que simplemente actúan por instinto. Hoy por hoy gobierna entre nosotros la intolerancia, guerras absurdas que nadie entiende y de la que son victimas cientos de personas; donde se matan unos a otros sin siquiera conocer sus rostros y mucho menos sin entender por qué; sin embargo, pese a todas las adversidades encontramos quién conserve aún en medio del caos el valor y la fuerza que sólo nace del corazón, el amor que en medio de la adversidad triunfa; y es lo único que lograra salvar la dignidad del ser humano.
Estas emociones que surgen con la lectura de Ensayo sobre la Ceguera y en general, con los escritos de José Saramago, son producidas por la experiencia de la literatura, que nos remite a un mundo habitable, donde se indaga al espíritu humano, donde me puedo reconocer y en ese exploración, surgen reflexiones no sólo sobre nuestra sociedad actual, sino también sobre mi papel en ella: ¿Cuál de los personajes ciegos sin nombre soy yo?¿Cómo es mi ceguera? O ¿sería como la mujer del médico que envidia la ceguera de los otros, porque no soporta los horrores que tiene que ver? Es esta capacidad de movilizarnos lo que hace que la enseñanza de la literatura implique la responsabilidad que radica en los temas de juicio ético y moral, y las cargas sicológicas y sociológicas que vienen con su estudio.
Por eso reitero mi invitación de la relatoría: la experiencia en el aula debe estimular a los alumnos a desarrollar por sí mismos un enfoque reflexivo sobre el comportamiento humano. Y esto nos pone en contexto con el hecho que la palabra es creadora y que la educación debe propender a transformar al mundo en crisis. ¿Qué visiones estamos dejando en nuestros niños para que deseen un mejor porvenir?
TEXTOS PUBLICADOS
¿SON NUESTROS CUERPOS REPRIMIDOS DE UNA EPOCA?
FORMA DESEADA, DESEAMOS Y SOMOS CUERPOS DESEANTES?
jueves, 2 de octubre de 2008
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1 comentario:
Hola Magda Esperanza,
Que nota tu reflexión, me impactó tu pregunta ?Cómo es mi ceguera? es eso lo que precisamente debemos preguntarnos.
Saludos,
Alejandra en Richmond
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