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¿SON NUESTROS CUERPOS REPRIMIDOS DE UNA EPOCA?

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FORMA DESEADA, DESEAMOS Y SOMOS CUERPOS DESEANTES?

FORMA DESEADA, DESEAMOS Y SOMOS CUERPOS DESEANTES?

lunes, 23 de marzo de 2009

ENSAYO SOBRE LA CEGUERA DE JOSE SARAMAGO

LENGUAJE Y ESTETICA

Pontifica Universidad Javeriana
Facultad de Educación
Licenciatura en Educación Básica con Énfasis en Humanidades y Lengua Castellana
Ayda Mónica Rhenals Florez C.C. 45.754.339
a.monicarhenals@gmail.com
amrhenals.led5@javeriana.edu.co

ENSAYO SOBRE LA CEGUERA DE JOSE SARAMAGO

[1]“El mismo texto tendrá un significado y un valor muy diferentes para nosotros en momentos ó circunstancias diversos. Un estado mental, una preocupación, un perjuicio temperamental ó una crisis social contemporánea pueden volvernos especialmente receptivos ó impenetrables a lo que la obra nos ofrece.”

Resultó todo un reto leer este libro sin hacer la translación al momento actual en el que nos encontramos. Emocionalmente me movilizo mucho sentimientos, sociales personales, pero más allá queda la sensación de el cuestionarse constantemente. Fue fantástico haber podido hacer parte de cada momento, cada lugar y de cada situación descrita por el autor.

Siempre nos referimos al nosotros, a lo que grupalmente como sociedad nos enfrentamos, a lo que como sociedad podríamos hacer pero hay que cuestionarse cada uno, cada cual.

¿Qué podría hacer yo por intentar cambiar para aportarle mejores ideas a la humanidad que está plagada de todo un conjunto de anti valores?
Somos egoístas pensamos siempre en nosotros mismos. Posiblemente no hay que estar enfermos clínicamente para darse cuenta que algunos de los males más profundos a los que estamos expuestos los llevamos en el alma.
La falta de amor por el otro, el afán de atropellarlo y de sentirse superior hasta verlo humillado ante nuestros ojos. Creemos que el competir nos hace grandes, y cuando competimos en cualquier ámbito se nos olvida la importancia de hacerlo sin dejar de amar y respetar a los demás.

[2]“Creo que nos quedamos ciegos, creo que estamos ciegos, ciegos que ven, ciegos que viendo, no ven”1
Ó peor aun nos convertimos en testigos silenciosos, cómplices de las injusticias del día a día. Sabemos que sí no los proponemos podemos hacer algo para contagiar al otro de cosas positivas que nos lleven a construir una humanidad más armoniosa más acorde con el ser racional que somos.
Sin embargo es más fácil pensar en nosotros mismos porque para el otro no queda tiempo, lo pero de esto es que el tiempo es nuestro verdugo.

Pero las palabras son así juguetonas con nuestros sentimientos, con nuestro criterio y aunque no queramos tendremos que juzgar lo que los otros escriben.

Me impacto de manera total y absoluta la soledad e indefensión del niño estrábico, la manera como a este le cambio la vida de un momento a otro y el mundo que debió enfrentar al encontrarse recluido en ese lugar desolado y antihigiénico. La falta que le hacia su madre, la manera en que a gritos la llamaba. Aun así encontró quien lo consolara y ayudara por momentos. [3]“La chica, en voz baja, continuaba consolando al niño, No llores, ya verás como tu madre no tarda.”

Es inevitable sentir identificación por instantes con la lectura, el sentir como los personajes tienen que afrontar una serie de situaciones de manera cruda y complicada para poder salir adelante, la desolación, el miedo, la angustia.
Ó en otros casos sentimientos de solidaridad, amor por el otro y hasta morbo. Aun así y nos cueste trabajo mal haríamos en tomar partido de la historia contada. No sería sano.
Se hace preciso el comprender tal cual la historia plantea el problema ¿Qué hace que el autor nos lleve a descubrir el mundo visto desde su perspectiva? ¿Por qué apartarnos? Ó ¿Para qué tomar partido de su idea?
[1]“La literatura no solo representa una salida para las emociones antisociales; una gran obra de arte puede darnos la oportunidad de sentir más profunda y generosamente, de percibir de modo más cabal las implicaciones de la experiencia de lo que permiten las condiciones restringidas y fragmentarias de la vida.”


















1Rossenblatt, Una experiencia literaria, una lectura estética.
2 José Saramago, Ensayo sobre la Ceguera pg. 240
3 José Saramago, Ensayo sobre la ceguera pg. 49

4 Rossenblatt, Una experiencia literaria. Pg. 64

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